Himno Nacional del Ecuador.
¡Salve, oh patria! es el Himno Nacional de la República del Ecuador. Consta de 6 estrofas y un coro, de las cuales únicamente se cantan la segunda estrofa y el coro. Su letra fue escrita por Juan León Mera y su música fue compuesta por el compositor francés Antonio Neumane, quien se inspiró en la del Himno a Pío IX de Gaetano Magazzari. El himno tuvo algunos proyectos de reforma hasta alcanzar su fijación definitiva e intangibilidad en 1948. Fue oficialmente estrenado el 10 de agosto de 1870 durante la segunda presidencia de Gabriel García Moreno.
Es la composición musical patriótica que representa al país y que, junto con la bandera y el escudo, tiene la categoría de símbolo patrio.
Autores
El poeta ambateño Juan León Mera Martínez (nacido el 28 de junio de 1832) escribió la letra del Himno Nacional del Ecuador. Luego la envió al francés Antonio Neumane Marno (nacido el 13 de junio de 1818) para que le pusiera música.
Himno
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- CORO
- ¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
- ¡gloria a ti! Ya tu pecho rebosa,
- gozo y paz, y tu frente radiosa
- más que el sol contemplamos lucir.
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- ESTROFAS
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- I
- Indignados tus hijos del yugo
- que te impuso la ibérica audacia,
- de la injusta y horrenda desgracia
- que pesaba fatal sobre ti,
- santa voz a los cielos alzaron,
- voz de noble y sin par juramento,
- de vengarte del monstruo sangriento,
- de romper ese yugo servil.
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- II
- Los primeros los hijos del suelo
- que, soberbio; el Pichincha decora
- te aclamaron por siempre señora
- y vertieron su sangre por ti.
- Dios miró y aceptó el holocausto,
- y esa sangre fue germen fecundo
- de otros héroes que, atónito, el mundo
- vio en tu torno a millares surgir.
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- III
- De estos héroes al brazo de hierro
- nada tuvo invencible la tierra,
- y del valle a la altísima sierra
- se escuchaba el fragor de la lid;
- tras la lid la victoria volaba,
- libertad tras el triunfo venía,
- y al león destrozado se oía
- de impotencia y despecho rugir.
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- IV
- Cedió al fin la fiereza española,
- y hoy, oh Patria, tu libre existencia
- es la noble y magnífica herencia
- que nos dio, el heroísmo feliz;
- de las manos paternas la hubimos,
- nadie intente arrancárnosla ahora,
- ni nuestra ira excitar vengadora
- quiera, necio o audaz, contra sí.
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- V
- Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras
- de tus héroes gloriosos nos miran,
- y el valor y el orgullo que inspiran
- son augurios de triunfos por ti.
- Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
- que a la idea de guerra y venganza
- se despierta la heroica pujanza
- que hizo al fiero español sucumbir.
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- VI
- Y si nuevas cadenas prepara
- la injusticia de bárbara suerte,
- ¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
- de la Patria y sus hijos al fin;
- Hunde al punto en tus hondas entrañas
- cuanto existe en tu tierra el tirano
- huelle solo cenizas y en vano
- busque rastro de ser junto a ti.


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